José Chamorro Guerrero


Procesión de la otra vida *
 
Tan satírica es la vida, los gorriones tirándole a los cazadores, la mansa oveja enamorada del lobo feroz, la blanca paloma sin el ramo de olivo, el circo romano sin sus gladiadores, que la mente crea a la loba para amamantar a Rómulo y Remo, que Bolivar en el Monte Aventino, jurando libertad para su patria, que la capilla Sixtina con sus campanas taladrando los oidos, Nerón tanto ama a Roma que la quema, que las murallas de Cartagena impidiendo el paso de la esclavitud, que el Pirata Barba Azul a golpe de remo surca los mares en busca de tesoros, que Galápagos se eterniza con sus tortugas centenarias, las ruinas del Partenón, clamando venganza a la vergüenza, que el Estrecho de Bering, nos conduce a una nueva generación, que el triángulo de las Bermudas, nos da la ciencia ficción, lo mismo que el Capitán Nemo con el submarino, o el Abate Faría que ciencia escala desde las cuatro paredes que le sirven de cuartel.
Como llegan los conocimientos a torrentes, todos quieren salir, pero hay que frenarlos, ya que todos me piden salir a luz en esta vida, no se qué hacer, medito, en fin demos rienda suelta a la imaginación y lleguemos al mito de la Caverna Platónica para conocer la verdad y el engaño, que precipicio de salud, Cervantes preso por haber escrito el Quijote, sediento Aquiles, se enfurece por el rapto de su esclava, soñar nada cuesta con la Colombia en donde, plagiando las palabras del escritor, Por quien Doblan las Campanas, si decir que el fuego, el agua y el aire, elementos de vida, sólo el devenir histórico, lo dirá, o la fecha del más allá, Nadie puede bañarse dos veces en la misma agua, o que se dijera, ver para creer, el Capital de Marx, campeándose por el comunismo, si, señores la inocencia de los amores Idílicos de María con Efraín.
Recurro a los ideales y miro a Cuba, con su manifiesto comunista, a los indios Chullas en la provincia esclavos de su mismo deber, acordaos, mis señores que no es fácil decir  las horas, los colores y los olores, en un escrito donde sólo trata de robarle un lance a la tristeza, con un Milagro Sobre el abismo, de Manuel, los escuálidos camellos atravesando el desierto, el feroz galope del caballo, que bien lo conduce, Benhur.
Columpios de ideas y de centurias, se presenta , la Iglesia con todo su esplendor, saliendo a recorrer las calles con el santo Sepulcro en un Viernes Santo, a eso de las ocho de la noche y dando fin al convite a la una de la madrugada, pero el verbo dice, por las lomas que dilatan la mirada, se mira  una especie de procesión, por el deslumbre de los cirios, y en medio de los cuerpos cadavéricos el Chita, también alumbrando con su cirio, mira a todos, pero no alcanza sino a mirar unas sombras con las túnicas, terminadas en una calavera y el cirio portado por esquelética mano, nada de sueños, se pellizca, para ver si está presente, y no puede dudarlo en ningún momento, pero el camino hacia el abismo del peñasco se acerca, entonces decide dar la retirada, apaga su vela y sin ningún temor llega a la casa, y esconde este objeto en el soterrado.
El tiempo pasa y Anselmo o Chita, pesca una enfermedad tan rara, que llegando las seis de la tarde se va a la cama y a las cinco de la mañana, el mozuelo haciendo travesuras y ruidos por toda la casa. Con los ojos en las cuencas, con los pómulos salientes, y su esquelética figura, sus padres, temen que se trate de una enfermedad grave, acuden al médico, de aquellos tiempos, pero nada le encuentra, el muchacho sigue de mal en peor, la gente comenta y cuando el chisme se riega surgen las sugerencias, hasta que el mochuelo, cae en manos de un curandero y lo hace confesar que a donde estuvo , el responde en la procesión de las lomas, el viernes santo, el curandero astuto, le pregunta que si algo le dieron, el contesta que un cirio, pero donde lo tiene, no le queda otro remedio que entregarlo, y el curandero después de mil escaramuzas y trances, manda a enterrar el hueso de un muerto, lo que era el cirio, al cementerio, y el muchacho se cura, con la conclusión, que estorbaba los mercados de la vida y los ancestros, para meterse en la procesión de la otra vida.

(c) José Chamorro Guerrero 

*Procesión de la otra vida pertenece al conjunto de "Leyendas de mi pueblo" del autor.
Cundinamarca
Colombia


Imagen:


Luis Felipe Noé

Convocatoria a la barbarie, 1961

De la Serie Federal

Óleo y esmalte sintético sobre tela

148 x 223

Colección particular, Buenos Aires 



(de la muestra Antonio Berni y sus contemporáneos, en el Malba)

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