Cecilia Gabriela Palazzo

                                             
Cecilia Gabriela Palazzo

 ROSA DE INVIERNO*

    Rosa abrió lentamente sus ojos, desperezándose con lentitud mientras bostezaba… Se sentía el frío de julio, aunque el departamento tenía un agradable calorcito que llegaba hasta sus huesos. Todavía envuelta en las frazadas, disfrutaba de ese apacible momento que marca el devenir entre el sueño y la vigilia. Lentamente se iban separando sueños de pensamientos mientras dejaba que los sonidos familiares penetraran en su mente: los suaves pasos de Nita  que preparaba el desayuno, el ruido de motores en la calle seis pisos por debajo de su céntrico departamento en La Plata, la suave lluvia que tamborilleaba sobre las ventanas… 
      Parecía la misma lluvia que muchos años antes, había caído sobre su cuerpo de niña allá lejos, en Varsovia . Recordaba  borrosamente una casa grande que daba a un patio bullicioso, rodeado por otros departamentos llenos de gente; una reja enorme, negra , de hierro que los separaba de la concurrida calle… Papá, mamá, los hermanos, el ama de leche que la había alimentado con tanto amor ya que su madre no había podido hacerlo.
   -Abuela, ¿estás despierta?
  - Mas o menos, Nita. Hoy me cuesta despertarme, estaré envejeciendo ¿no?
  - ¡Qué graciosa estás hoy! En un ratito van a traer el diario, ¿no estás ansiosa por ver como saliste en la nota?
  - Mi bisnieto me dijo ayer: Argentina cumple 200 y vos, abu, la mitad más uno…
  - Este Darío es terrible, ¡pobre la maestra del jardín!
  - Ya iba a levantarme, hay que prepara un montón de cosas para hoy a la noche, ¡vienen todos! Sé todo lo que me ayudás, pero sabés que hay cosas que me gustan hacerlas a mí, mientras pueda.
     Rosa se levantó   despacio, ya no era tan rápida ni fuerte como antes. Su abuelo, aquel que vivía en la calle Naleski, igual habría estado orgulloso de ella. Ambos tenían la misma estampa : resistentes como un roble, luchadores y que podían salir adelante a pesar de los obstáculos que pudieran presentarse en su camino. Mientras desayunaba, leyó el diario, ahí estaba ella “Abuela que festeja 101 años ”, sonriente y rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos. Lástima que en la foto faltaba  Simón a su lado, ¡cómo lo extrañaba! Contempló su imagen con curiosidad,¡qué distinta se veía a cuando había llegado a la Argentina, cuando era joven y no le dolían las rodillas al caminar!
     Muchos inviernos habían transcurrido desde que  el fantasma de la guerra  le había arrebatado a su padre a los cinco años y se lo devolvió unos años después viejo, amargado y enfermo… Recordó las vendas para los soldados que cosía mamá con unas vecinas, en un pequeño taller cuyas dos máquinas de coser jamás dejaban de funcionar. El olor a cebolla frita que llenaba todas las habitaciones de la casa. Los temidos compañeros como el tifus, la gripe, la tos, la neumonía que podía transformarse en tuberculosis y que se llevaron consigo a muchos de sus amigos. Recordó  al casamentero que le consiguió marido a su hermana mayor  y cómo entonces decidió tomar las riendas de su vida con su hermana Sara, la menor. El viaje al puerto de Cherbourg, donde subieron llenas de esperanzas al “Asturias”, en busca de una vida mejor  con la promesa de reunirse con familiares que ya habían viajado hacia Argentina.                                                                                              Con Sara durmieron en cuchetas en las bodegas, sin poder alternar con la primera y segunda clase. Fueron bañadas y desinfectadas al subir a la embarcación para evitar el contagio de aquellas enfermedades tan temidas, antes de iniciar la larga travesía de 18 días en los cuales se mostraron aterradas de relacionarse con otros pasajeros, especialmente hombres. La familia las  había prevenido de los “rufianes” que fraguaban casamientos mentirosos como forma de  conseguir mujeres que eran llevadas engañadas para la trata de blancas. Y siempre las ganas de salir adelante, de no dejarse vencer por el infortunio, de enfrentarse de lleno a la vida.
    ¡Qué distinta su vida entonces! ¡Qué lejos quedaba el aprendizaje del idioma y de las costumbres, el uso del diccionario para tratar de entender lo que le decían! Habían transcurrido años desde que trabajó  en una peletería, como modista y un sinfín de empleos más ; desde que conoció a Samuel y formaron la hermosa familia que hoy la acompañaba. Y es que aunque no parecía, era la misma Rosa que hacía unos años… Más arrugada, algo más sorda, con algo menos de vista, pero con el mismo corazón que la había guiado a través de un océano para resolver su futuro. Con la misma energía con la que había desafiado a la vida y que ahora se había volcado a las clases de teatro y al coro del club, a las salidas al cine con sus amigas o a tomar el té.  No había tenido una vida fácil, pero había sufrido, amado y sido amada, disfrutado , llorado y reído. Aspiraba la vida a bocanadas y la seguiría gozando hasta el último día
  -Sí, soy la misma Rosa de siempre-murmuró para sí .
  - Abu, ¿estás bien? Parece que te hubieras quedado dormida.
  -  No, querida. Soñaba despierta. ¡Vamos, hay mucho que hacer!- sonrió mientras cerraba el diario con su foto- ¡No  se cumplen 101 años todos lo días!
(c) Cecilia Gabriela Palazzo
*cuento finalista en el Concurso Historias de inmigrantes
Acerca de la autora:
Cecilia Gabriela Palazzo.

             Nacida en la ciudad de La Plata, el 13 de julio de 1968, donde cursó estudios primarios, secundarios y terciarios (Profesora en Enseñanza Primaria y Profesora Especializada en Enseñanza de Adultos). En esta ciudad comenzó a trabajar en el Normal 3 y posteriormente en escuelas de características rurales.
             Reside en Berisso desde el año 1993, desempeñándose en la E.P. Nº 3 de esta ciudad a partir del año 1996. Actualmente es Pro Secretaria de esta Institución, cargo que ocupa desde el año 2003; contando en la actualidad con 22 años de docencia.
             A partir del año 2004, comienza a escribir narrativa breve, participando por primera vez en un Certamen Literario.

2004
ü     Mención de Honor Certamen Literario Nacional del Inmigrante
2005
      Participación Antología “Mundo Literario 2005” de editorial Nuevo Ser, con Mención de Honor en el X Certamen Internacional de Poesía y Narrativa Breve (con seudónimo Gabriela Baxter). Presentación en el Hotel Bauen de Capital Federal.
2006
      Segundo Premio Certamen “Berisso Lee y Escribe”, en categoría cuento breve.
      Mención de Honor Certamen Narrativa 2006 del Círculo Literario “Palabras del Alma”.
Participación en la Antología “Letras Argentinas de Hoy 2006”, de Editorial De Los Cuatro Vientos. Presentación realizada en Radio  Nacional de Capital Federal.
2007
      Participación en la Antología “Letras y Voces 2007” (bajo el seudónimo Gabriela Baxter) de Editorial Nuevo Ser. Proyecto Literario Multimedia de carácter internacional (libro, CD y publicación en Internet). Presentación en Paseo La Plaza, de Capital Federal.
PÁGINAS DIGITALES
      Revista Digital El Rescoldo (www.revistaelrescoldo.com.ar/cuentos) ,publicación de “Aún no es tu momento” (como Gabax, por concurso).
     Revista Literaria on-line Mis Cuentos (miscuentos.iespana.es),  Microrrelatos “Epidemia” y “Cena Romántica” (Cecilia Palazzo Smirnoff, publicados el 19/04/2007).
2008
      Participación en Antología “Nueva Literatura Argentina 2008”, de Editorial De Los Cuatro Vientos. Presentada en la 34· Feria Internacional del Libro el 7/5/08.
      Participación en Antología Internacional “Letras y Voces 2008”, proyecto Multimedia Internacional de Editorial Nuevo Ser (con seudónimo Gabriela Baxter)
2009
     Participación en Antología “Nueva Literatura Argentina 2009”, de Editorial De Los Cuatro Vientos. Presentada en la 35· Feria Internacional del Libro.
      Mención de Honor en el Certamen Nacional de Inmigrante, con el cuento “Cosecha Agridulce”.
2010
       Distinción por labor en Cultura (por distrito de Berisso) de la Casa de La Provincia de Bs. As. por el Día Internacional de la Mujer 


imagen: Eugenio Daneri (de la muestra Eugenio Daneri, La mirada desde la sombra, Museo de Bellas Artes de la Boca Benito Quinquela Martín)

                                                                                                       

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